lunes, 21 de abril de 2008

Yo tuve una dulce madre...







Yo tuve una dulce madre,
concediéramela el cielo,
más tierna que la ternura,
más ángel que mi ángel bueno.
En su regazo amoroso,
soñaba... ¡sueño quimérico!
dejar esta ingrata vida
al blando son de sus rezos.
Mas la dulce madre mía,
sintió el corazón enfermo,
que de ternura y dolores,
ay!, derritióse en su pecho.
Pronto las tristes campanas
dieron al viento sus ecos;
murióse la madre mía;
sentí rasgarse mi seno.
Tengo otra madre en lo alto...
¡por eso yo no me he muerto!




(aunque aun queda para el día de la madre que me da igual , he visto esta foto y no me he podido resistir, el poema es un fragmento de Rosalía de Castro )

2 comentarios:

Maru dijo...

Hay que acordarse cada dia de nuestras madres, son angeles que de carne y sangre.
Se preocupan de nosotros aunque no le hacemos casos, piensan en nosotros aunque nostros nos daba igual, hacen todo para que estemos bien y cuando lo estamos les damos la espalda...
Que las muertas descansan en paz y las vivas Dios les da salud.

Anita dijo...

sí, que cuando tenemos las cosas no las valoramos.