El móvil se apaga ¡Noooooo! no tengo batería ¡Dios mío! me siento como inválida (malditas dependencias modernas pienso) ¿Y si me llama alguien?¿Y si alguien tiene algo importante que decirme?¿un trabajo?¿una nueva oportunidad?...
Por fin llego a casa y enchufo el querido aparatito y…todo vuelve a la calma. Al día siguiente me llaman: Uff, estábamos preocupados que tenías el móvil apagado. En fin, todo ha vuelto a la calma (gracias a Nokia)
miércoles, 2 de abril de 2008
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2 comentarios:
La verdad que ya casi no recuerdo mi vida sin movil... pero la hubo, ademàs yo era de aquellos que tardo a sucumbir en lo que creia ilusamente que era una moda pasajera.Pero cai, i ahora es casi mi compañero de fatigas...
PD: ami tambien me gusta ver llover!!
eloi
jajaja...todos caemos , que la carne es débil
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